Si con el cambio de estación, por una situación de estrés, debido a cambios hormonales no consigues librarte de los granitos, echa un vistazo a las tres reglas de oro que te hemos preparado.
1.Mas vale prevenir que curar
Si tenemos tendencia a la aparición de granitos nunca debemos descuidar es la limpieza. Limpiar la piel por la mañana y por la noche será un imprescindible para incluir en nuestra rutina diaria para siempre. En tu caso la primera regla sería la prevención. También debemos vigilar qué productos estamos usando, a veces las bases de maquillaje, la mayor parte de cremas hidratantes o la cosmética solar, acentúan el problema, estimulando la secreción sebácea. Y si la pereza es tu principal enemigo a la hora de limpiar la piel, recuerda que hay en el mercado un montón de formatos que resultan muy cómodos, por ejemplo el formato mousse o las aguas micelares.
2. ¡Nunca toques el granito con los dedos!
El primer y más grave error es tratar de «reventar» el granito con nuestros dedos, Para extraer un grano es fundamental que la presión se ejerza de forma totalmente perpendicular al folículo, y por esa razón es imposible que nos lo podamos hacer a nosotras mismas. Al explotarnos un grano, rompemos la piel, y por si fuera poco, lo mas probable es que parte de este quede dentro, con el consecuente riesgo de infección, lesión en la piel e incluso de una cicatriz.
3. Ponle freno y reduce la inflamación.
Nunca se deben tocar, pero lo que sí podemos hacer es limpiar la piel y aplicar mascarillas o productos específicos sobre el granito, que aceleren su curación y reduzcan la inflamación. Consultar con un buen profesional que nos recomiende cuales son los productos mas adecuados según el estado de nuestra piel siempre es la mejor opción.
Y por último, al menos de vez en cuando, debemos acudir a un centro especializado, y que sean ellos los encargados de realizar una buena y profunda higiene facial.